SENTIRLE

Camino, sigo, respiro, siento, miro; es una calle, no sé cual, no sé como he llegado, solo llegué. Está ahí. En frente, a pasos de mí, se ve desinteresado, mira a todos lados, no sé qué es, pero algo busca, tal vez a alguien, yo sigo, me llama la atención pero no la suficiente. Empieza a caminar, lo sigo, siento que tiene algo que me interesa, de la nada siento esa necesidad, como un llamado. Siento un olor, es cuático ese olor, siempre lo puedo reconocer, me trae recuerdos nostalgicos y ansiosos. Me adelanto, le miro el rostro, juro que es él, lo miro bien, me acerco, él es inexpresivo como si no me conociera, yo si recuerdo conocerlo, haber estado con él en la vida real, fuera de toda fantasía, sé que es él y lo recnonozo, siento tal deseo, apetito al imaginar que saboreo ese momento en que rozo sus labios. Él, esta detenido pero no se inmuta, no mueve un brazo, lo miro y todo da vuelta, siento como si hubiera una camara grabando trecientos sesenta grados alrededor nuestro, yo soy la cámara pero mi cuerpo está ahi, frente él, anhelando su cuerpo, su torzo, su piel cruda junto la mía, esta oscuro y frío pero siento un ardor en el pecho. Mira mis ojos pero no tan profundamente como yo miro los suyos. Me mira por última vez [sigue inexpresivo] me hace a un lado y sigue su camino. Cierro los ojos, los abro, corro hacia donde él. Ya no está. Se fue como se va el tiempo, también; de repente.

Y si,

y si, caminara por ahí, viniera para acá, fuera hacia allí, me voy por allá, me escabullo hacia otro lado, conozco otros seres, y si, no estuviera acá, sino allá.

Remonto a un invierno pasado